aconteció la suerte de un encuentro
que paso a paso me dejó sus huellas
fernando cabrera canta en Almagro, a metros de seis años en una cueva húmeda y al rastro de un abrazo rojo que aún no puedo escribir, porque yo también voy lento.
ahora no se cómo se cuenta lo íntimo. podría nombrar una presión en el pecho y una tensión en la garganta o una felicidad que se parece a la tristeza. sí voy a decir que estalló una estrella y que andá a juntar los pedazos de un poema en portugués.
(nada del asunto del tobogán de lágrimas que de vergüenza)
por eso te pido una vez más
tomátelo con tranquilidad
puede ser ayer nunca o después
pero tu amor dame alguna vez
como una sombra imantada siempre un paso más allá y un visceral sentimiento de fé, así me encuentra el mal del sueño, corriendo de una calle a otra para no deshacer el puente que no es sólo musical, para honrar esa dulzura distante que cada vez es menor.
pero para qué nombrar con palabras de este mundo lo que mal a penas se puede balbucear.
dejemos hablar al viento diría Onetti.
o escuchemos la música de junio corriendo por las calles de almagro
sólo que no puedo olvidar la partida encandilada. ¿sucedió o sólo fue el fulgor de la estrella? Yo lo vi desarmarse antes de irme. Yo me hubiera quedado para siempre esa noche.
lavalle. el puerto. uruguay. mario bravo. cabrera.
hay que rondar el silencio.