ARACA SUR es un espacio artistico que surge ante la necesidad de vivir y difundir nuestra identidad. Por un lado como habitantes de la geografía del sur del mundo, de Latinoamérica, de Buenos Aires. Por otro, ARACA SUR, también participa del sentimiento de sentirse o "ser" al sur como elección y no sólo como determinante de una ubicación geográfica.
O apenas un recorte personal de nuestra Historia intrincada al margen de un río barroso.





viernes, 13 de diciembre de 2013

te me codificás en pleno abrazo
te me volvés hipérbaton verdosa
tan nítida que estabas tan hermosa
de golpe sos bandera fogonazo
camuflada en colores serpenteando
oculta en la inquietud y no te toco
te me escapás ambigua no te enfoco
flameando tetas verdes esquivando
negativa naranja incandescente
estás pero no estás adivinada
tu boca reaparece colorada
o azul besando a otro indiferente
celeste falo ondula y no es el mío
y cambio de canal y tengo frío


(Ramón Paz)

jueves, 28 de noviembre de 2013

Última edición del año de los concertinos 7/12 21.30 hs.



Última edición del 2013. El tango que se deja entrever otra vez y nos relojea desde un rincón del bajo porteño.

* Andrés Drimer
* Eliana Medero
* Juntacadaveres (versión pocket)
* YIRA::

-Venta de libros y CDs
-Pulpería/barra super económica y deliciosa, a cargo de la compañera Susana, nuestra cocinera preferida de San Telmo.


Espacio:l C D C Severino Giovanni (Paseo Colón 1068, esquina Humberto I)

jueves, 7 de noviembre de 2013

El Desierto. Raúl Zurita.

Abajo las infinitas piedras del desierto, montañas de
piedras, laderas, infinitas piedras sobre desierto como
un mar. Arriba el cielo, el cielo azul que cae. Las piedras
gritan al estrellarse con el aire, con el cielo que cae.

El desierto grita. Hay un muro de cal con nombres. Hay
un muro blanco y pequeñas botellas con flores de plástico
que gritan al doblarse bajo el viento.

Un poco más lejos hay un barco. Nadie diría que puede
haber un barco en el medio del desierto. Es un barco
grande, herrumbroso, recostado encima de las piedras.
Nadie lo diría, pero está allí. El mismo cielo que cae sobre
las piedras cae sobre él. Todas las piedras gritan.

Gritan, el desierto de Chile grita. Nadie diría que esto
puede ser, pero gritan.



Hay un barco en medio del desierto. Un barco reclinado
sobre las piedras del desierto y arriba la losa a pique del
cielo. El oceano invertido del cielo cae sobre las piedras y
éstas gritan. Nadie, salvo las piedras son capaces de gritar
así. Mireya se tapa los oídos para no oír el chillido del
desierto. Chile grita, el desierto de Chile grita. Mireya
acumula pequeñas flores de plástico frente a un barco
arrumbado en el pedrerío.

Están las costas, las tercas costas sin mar trepando para
atrás sobre las olas muertas de los cerros.

Mireya dice que es la madre de Chile. Que es la madre de
un barco reclinado en medio del desierto.



De lejos parece una mancha negra, pero es un barco.
Debajo de las piedras amontonadas contra su casco
asemejan olas. Pero no son olas, son solo piedras y
gritan. Las rompientes encaramadas gritan. Está
también el sol cayendo a pique y flores de plástico
coloreadas como soles minúsculos. Está el mar del
desierto, está el mar de piedras del desierto hirviendo
frente a Chile.

Están las diminutas flores y las costas gangrenadas del
mar reseco.

Mireya les pone nombre a cada una de esas flores. Ante el
barco parecen minúsculos soles despidiéndolo.



El desierto grita, el puerto reseco grita, el mar de piedras
grita azotado por el viento. Mireya le pone flores a la
tripulación de un barco herrumbroso y negro. Cada flor
tiene un nombre y se doblan juntas como pañuelos
despidiéndolo. Mireya dice que es la madre de un barco
de desaparecidos arrumbado en el desierto. Dice que el
barco es Chile, que una vez fue un barco de vivos, pero
que ahora surca el mar de piedras con sus hijos muertos.

Las flores se doblan. Oleadas y oleadas de piedras chocan
contra los bordes de un casco herrumbroso.

Hay un puerto reseco y un barco con una tripulación de
muertos encallado en la mitad del desierto. Mireya dice
que son sus hijos. El mar de piedras grita.

Chile encalla y naufraga en el pedrerío reseco de las olas.



En las noches del desierto hay bruma, pero ahora es el sol.
Las piedras hierven bajo el sol y se clavan contra el casco
herrumbroso. Inmóvil el barco parece hundirse. Nadie
diría que un barco puede hundirse en medio del desierto,
pero se hunde. Vendrá en la noche la bruma, pero ahora
es el sol.

Hay una cruz. Hay un barco herrumbroso y negro que
naufraga sobre las piedras.

Quién diría de un país con una cruz hundiéndose en el
desierto. Quién diría de la noche sepultándose en la
mitad del día. Quién de una tumba clavada en medio del
día lleno de sol.

La noche se hunde en medio del día. Mireya dice que hay
un barco lleno de muertos hundiéndose en el desierto.



Un país de desaparecidos naufraga en el desierto. La proa
de los paisajes muertos naufraga hundiendose como la
noche en las piedras. El sol ilumina abajo una mancha
negra en el medio del día. En la distancia parecía solo
una mancha, pero es un barco sepultándose a pleno sol
con su noche en los pedregales del desierto. Si ellos callan
las piedras hablarán.

Mireya dice que todos callaron y que por eso gritan las
piedras del desierto. Que gritan, que las flores son
también pequeñas piedras gritando cuando se doblan
frente a un barco de muertos.

El barco se hunde. Las áridas rompientes se amontonan
cayendo sobre Chile y chillan, las olas chillan, el terroso
mar chilla. Mireya le pone flores a la tripulación de una
patria de muertos encallada en la mitad del desierto. Dice
que fue el silencio de todos la tumba y que por eso las
piedras gritan tapiando la nave difunta de estos paisajes.



Un mar de muertos se está hundiendo entre las piedras.
El sol a pique ilumina una noche que desciende en el
sepulcro del desierto. Está la mancha como una fosa. El
barco desciende, los paisajes muertos descienden
mientras las empedradas olas se cierran arriba
tapiándolos. Está la noche en medio del día, están las
piedras que gritan.

Está la bruma de la noche del desierto hundiéndose en
pleno día. El barco muerto se hunde bajo la bruma de las
piedras y éstas chillán. Chile naufraga y el mar reseco se
cierra cubriéndolo, se cierran las olas de piedras y gritan.

La noche herrumbrosa y negra se hunde gritando en el
desierto.

Un barco de desaparecidos se hunde y las rocas muertas
se cierran encima chillando. Mireya se tapa los oídos y
pone flores de plástico frente a la fosa de las costas
muertas, de la noche muerta, de sus hijos desaparecidos
y muertos en los océanos piedra del desierto de Atacama.



Naufraga, se hunde. El barco herrumbroso se hunde y el
desierto se cierra sobre él cubriéndolo. Se cierra y Chile
se hunde, la cornisa muerta del Pacífico se hunde, la proa
muerta de los paisajes se hunde mientras las piedras
cayéndoles encima gritan que nada está vivo, que ya
nada vive, que si uno murió por todos es que todos están
muertos.

Los arenales muertos se cierran, la tumba de los paisajes
muertos se cierra.

Las resecas olas se cierran. Mireya dice que hay un barco
en un tierral de muertos. Que está allí, que una vez hubo
un país, pero que ahora es sólo un barco tapiado bajo el
mar muerto de sus paisajes.

Dice que si uno murió por todos todos los mares muertos
son uno, las costas muertas son una, las clamantes
piedras son una y que es el silencio la roca que tapió el
sepulcro de los paisajes. Ella dice que uno murió por
todos y que por eso hasta las piedras son el cuerpo que
grita mientras se clavan las llanuras muertas sobre Chile.



Todo ha sido consumado. El casco herrumbroso y negro
desaparece en el mar de piedras. El cielo cae encima de
ellas y éstas gritan. Hay un muro blanco rayado con
nombres y flores de plástico abajo. Hay una llanura y las
rompientes resecas del cielo que caen derrumbándose
igual que un tierral de muertos sobre el sepulcro de los
paisajes. Todo ha sido consumado. Mireya dice que todo
ya ha sido consumado.

Las rugosas rompientes caen, el mar difunto cae como un
montón de tierra. Los paisajes muertos caen como mares
de tierra.

Hay un barco de desaparecidos y muertos y encima las
piedras del desierto. Hay un muro blanco de cal con
nombres y detrás el océano de tierra cayendo sobre las
últimas planicies. Mireya dice que ya todo ha sido
consumado y deja pequeñas flores de plástico sobre la
planicie del pedregral que expira, ella dice que es el último
mar y que expira.

Que son las últimas piedras sobre un barco de muertos y
que expiran. Que Chile expira. Que solitario es usted el
último grito que expira bajo el INRI final de los paisajes.



In memoriam



Hay un barco en el desierto. Quién diría que esto
puede ser, pero hay un barco herrumbroso y negro
hundido en el desierto.

lunes, 21 de octubre de 2013

El Indio Cacciabue en Rosario

El 16/10 se inauguró en la sede de esta facultad la muestra de pintura "LOS ESTRÁBICOS" de Horacio Cacciabue.
La muestra podrá visitarse hasta el 17/11 de 15 a 19 hs. en 9 de Julio 1122, Rosario, Santa Fe.
El día de la inauguración Horacio Cacciabue y Adriano Peirone presentaron el libro "LA ARGENTINA ESTRÁBICA" de Gustavo Varela.

martes, 15 de octubre de 2013

17/10 22hs Edición XIX de Los Concertinos en los Buenos Aires! (noche de pibas cantoras)



Edición XIX de Los Concertinos en los Buenos Ayres!
(noche de pibas cantoras)

* Eliana Medero
* Camila López
* Lucía Riet
* Melina Sarmiento (última fecha en Argentina)

(cada set dura 20´)

*Pulpería accesible y verdaderamente deliciosa.

BonoGeneral30mangos

Casa Dasein: Estado de Israel 4116 (esq Gascón)

Consultas e inquietudes :
malditaportenyamanagement@gmail.com

lunes, 7 de octubre de 2013

Lo que dure un tango / Eliana Medero

Aquí se puede descargar gratis mi disco y los discos de artistas amigos!!!


http://malditasuertediscos.blogspot.com.ar/

jueves, 3 de octubre de 2013

Lo que dure un tango

Soy cantante y poeta. Crecí entre el barrio de Abasto y Burzaco, con un abuelo yugoslavo, la sangre ranquel, y el idioma guaraní que hablaban las mujeres de la familia. Así me fui haciendo, en la soledad de sentirme siempre bicho de otro lado.
Dejé la carrera de Letras cuando me animé a escribir. Empecé a cantar a fuerza de amigos tangueros. Aunque el tango ya había llegado a mi vida mucho antes, con mi abuelo. Vivíamos a pasos del Mercado de Abasto y mientras él conversaba con Eduardo Morera, (director de los primeros cortometrajes de Carlos Gardel) yo descubría en su casa el fascinante mundo en blanco y negro de cantores como Gardel, Charlo, Corsini, Mercedes Simone y Ada Falcón. Después llegó el despertar a las letras de los tangos, a su poesía, como un país del que ya no se vuelve, parafraseando a Homero Expósito.
Este primer disco se demoró bastante, como en general sucede con las formas de mis ideas. Es un recorrido por las primeras canciones que me subí a cantar a los escenarios. Lo comparto a modo de ofrenda para los amigos que me vienen acompañando y para todo aquel que quiera escucharlo y acercarse así a esta música que intenta trasmitir el maravilloso y único sentir tanguero.
Gracias a Julian Sortino por su paciencia y trabajo, a todos los músicos que participaron, a Mariano Matulich por la insistencia en los proyectos artísticos, a Juan Lucangioli por el amor de sus enseñanzas. Y a Raynald, por crecer conmigo. Dedicado a Pepe, quien supo enseñarme el tiempo de los sentimientos que viven Lo que dure un tango.

Descarga gratuita http://malditasuertediscos.blogspot.com.ar/

miércoles, 8 de mayo de 2013

dos personas se vuelven dos personas. se dejan de ver un tiempo. se dejan de tocar, de nombrarse, de reírse juntos, de emborracharse juntos.entonces aparecen de nuevo los aguinaldos, el lunes a la mañana, los vecinos y las elecciones legislativas. por ahí, capaz que alguna vez, uno recuerda cuando el otro, mirando sus cuadros, le dijo que en algún momento tenía que tomar la decisión de ser artista. y eso parece todo. pero después uno se vuelve a abrir otra zanja a donde ir a recostarse con las sobras de los demás. y mientras se está ahí, rascándose los pies con los días más o menos iguales, un colectivo lo salpica con la última vez que vio el terraplén en Pompeya. ahora son una gran risa que estalla mirándose el enchastre que les quedó de eso que alguna vez llamaron tiempo.