Que este brío dure,
que los pájaros imiten el grito de los terneros
al anochecer. La gata agazapada
bajo el vaho de las buenasnoches.
Y mezclas, matices,
pero como se mezclan dos nubes
y como entra en el incienso el hipo del incienso
haciéndonos sentir su barrido,
su despejo de falsas sensaciones.
Y como entra la noche en el atardecer
bajo la soledad sonora de los grillos
—la música callada de las luciérnagas mezquinas.
y que se unan otra vez esas rachas de sonido
a la única voz en que juntos vacilamos.
Sonidos que ignoraban ser iguales, apenas iguales:
secretos ejercicios de alegría
visible como el espiado,
como un habla de visible en lo invisible,
la laguna.
Arturo Carrera
lunes, 25 de mayo de 2009
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