Sos esa belleza que duele.
Aparecés cuando yo acabo de comprender que debo doblar la esquina.
Y ahora parecen no tener sentido mis ganas de curarme. Tu sombra es mi vuelo.
Aparecés cuando yo acabo de comprender que debo doblar la esquina.
Y ahora parecen no tener sentido mis ganas de curarme. Tu sombra es mi vuelo.
Demasiado tarde, siempre, porque aunque hiciéramos tantas veces el amor la felicidad tenía que ser otra cosa, algo quizá más triste que esta paz y este placer, un aire como de unicornio o isla, una caída interminable en la inmovilidad.
Andaban sin buscarse pero sabiendo que andaban para encontrarse.