después de dudar y arder
frente a un pequeño abismo,
cuando no hay nada que hacer más que
volver a contar las mismas
repetidas marcas de
las uñas en la pared
o
el refugio de la furia,
aún así se podrá contemplar
para siempre ya
cómo quedan
tejiendo otredades
las palabras y lo mirado
miércoles, 17 de febrero de 2010
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